Gérard Chaliand
Página de título de Tamburlaine (1590) |
Al principio de la obra se le denomina «pastor escita», aludiendo a su procedencia nómada centroasiática. Se le caracteriza como un comandante temible, de gran envergadura física y presencia atractiva. En su primera aparición, abandona su pelliza de pastor -emblema de su origen- para quedarse con su armadura de guerrero. La exhumación soviética de su cadáver en 1941 demostró que las leyendas de su gran altura física y su cojera eran ciertas. En los escenarios londinenses, fue representado por el actor más famoso de la época, Edward Alleyn, también de gran estatura. Se dice que tanto esta obra como Doctor Fausto fueron escritas por Christopher Marlowe con la intención de que fuesen representadas por ese actor.
El estilo ampuloso caracteriza la obra, incidiendo en la truculencia de los hechos. Todo gira en torno a la ambición de poder, encarnada en el tirano protagonista, que una y otra vez proclama su carácter de invicto y de oráculo infalible. Pero lejos de una crítica a esta ambición, las dos partes presentan al protagonista siempre victorioso. Se ha leído como una defensa del ser humano y su poder (humanismo renacentista), frente al teocentrismo medieval.
Tamerlán el grande marca un hito en la historia de la literatura inglesa: es la primera gran obra que abandona el hieratismo de la era Tudor, y demuestra un manejo excelente del idioma, salpicándolo de continuas reflexiones en profundidad (sobre todo en la primera parte). Algunos críticos han señalado la influencia directa de esta obra en las primeras escritas por William Shakespeare: las tres partes de Enrique VI. El mismo autor nos avisa en el prólogo de que va a utilizar «musicales y rítmicas agudezas».
Photo by Jean-Luc Muraro |
El ajedrez de Tamerlán |
La jaula de hierro de Tamerlán
Juegan las blancas y dan mate al rey negro,
encerrándolo con sus propios peones.
La web Ajedrez de Ataque, presenta un relato de Javier Cordero Fernández, (27 de diciembre de 2011), en el que nos deleita con el origen de la posición y de la mano de su investigación llegamos al autor de la misma.
Acompañemos a Javier Cordero:
'La jaula de hierro de Tamerlán' es uno de los problemas más curiosos que se han compuesto en la historia del ajedrez. Causó furor en el Siglo XIX, aunque hoy en día no se le da tanto valor ya que en las composiciones se toman en cuenta aspectos distintos.
La historia real. Tamerlán vence al Sultán Boyaceto I
La elección de Tamerlán para 'ambientar' este problema no creo que fuese una casualidad. Tamerlán fue un gran apasionado del ajedrez, juego que practicaba a diario y en el que llegó a crear sus propias reglas, más complicadas que las del ajedrez normal. El otro invitado de honor de esta historia fue el Sultán Bayaceto, soberano del Imperio Otomano (que se extendía desde Turquía a los Balcanes). Bayaceto, al igual que Tamerlán, fue un gran conquistador, un guerrero decidido que encabezaba las cargas de su ejército y que hasta ese día no había conocido el sabor de la derrota.
La historia dentro de un tablero de ajedrez
La autoría del problema 'La jaula de hierro de Tamerlán' no está clara. Para el investigador Zolio R. Caputto la idea original fue de Carl Von Jaenisch, jugador muy recordado por sus aportaciones a la teoría de aperturas (sobre todo en los gambitos) y por sus espectaculares partidas ante Ilya Shumov (ambos eran los jugadores más fuertes de Rusia en la primera mitad del Siglo XIX). Caputto no lo asegura de forma definitiva, sino que deja lugar a la duda. Tras un amplio rastreo he encontrado el problema de Von Jaenisch en dos publicaciones y data del año 1849. Sin embargo existe otra versión del francés Lionel Kieseritzky del año 1842, lo que nos hace pensar que el co-protagonista de 'La inmortal' fue el creador de este problema.
La batalla de Ankara fue librada el 20 de julio de 1402 entre Beyazid I, sultán del Imperio otomano, y Tamerlán, emir gobernante del Imperio timúrida, en la llanura de Çubuk, al nornoreste de la ciudad de Ankara, en Anatolia (actual Turquía).
A la sazón el Imperio otomano había casi completado la conquista de los antiguos dominios del Imperio bizantino, infligiendo graves derrotas a Serbia y a los caballeros cruzados francos. Tamerlán, por su parte, había utilizado sus dominios cerca de Samarcanda para crearse un imperio que iba desde Rusia hasta China. En su arrolladora invasión de Oriente Medio, fatalmente debía medir fuerzas con los otomanos, principal referente político de la zona.
Beyazid había cometido lo que luego probó ser un error: en 1400, intentó imponer su soberanía sobre el emir Taherten, súbdito de Temür (quien le tenía gran aprecio por su labor como guardián de sus fronteras en el Asia Menor, a punto de haberle regalado un elefante que había capturado en su campaña a la India), que gobernaba en Erzincan y Erzurum. Para ello, Beyazid se valió de Qara Yusuf, jefe de la horda de la Oveja Negra y enemigo de Temür. En apoyo de su vasallo, Temür se dirigió al Asia Menor en agosto de 1400. Pero mientras Temür guerreaba con los mamelucos en Siria, Beyazid tomó Erzincan, capturando a la familia de Taherten. Temür no tomó represalias de inmediato, sino que pasó el invierno de 1401-1402 en Karabaj, y la primavera de 1402 en las fronteras de Georgia, para invadir finalmente el Imperio otomano en junio de 1402. Restauró a Taherten en Erzincan, revistó a sus tropas en la planicie de Sivas y, por la vía de Kayseri, se dirigió hacia Ankara, donde se hallaba su enemigo.
La batalla
La batalla duró desde las seis de la mañana hasta el anochecer, y según cronistas de la época involucró a cerca de un millón de hombres. Esta cifra parece exagerada, pero considerando las disponibilidades de tropa de ambos rivales, es razonable estimar al menos que entre 400 y 500 mil soldados participaron en la batalla. Beyazid había llevado contingentes de todos los pueblos conquistados. Pero si bien los serbios y su rey Stefan permanecieron leales, pagando así una deuda de honor contraída en los tratados posteriores a la batalla de Kosovo, los turcos de Aydin, Mentese, Saruhan y Kermian, viendo a sus príncipes entre las fuerzas de Temür, cambiaron de lado. Temür parece haber hecho muy buen uso de los elefantes que había traído de la India.
El ejército turco-mongol, ubicado aguas arriba del arroyo Çubuk, logró (según sostiene Turgut Dincer) mediante una obra de ingeniería realizar una división de las aguas del arroyo, privando de agua al ejército otomano. Las temperaturas en la meseta anatolia, en pleno verano, alcanzan y superan los 35ºC, y los comandantes otomanos se vieron obligados a intentar recuperar el suministro de agua, lo que facilitó un movimiento envolvente de las tropas de Temür, arrasando los flancos del adversario.
Beyazid luchó durante todo el día, a la cabeza de 10.000 jenízaros y de las tropas serbias. Finalmente, al atardecer decidió retirarse después de ver a su guardia aniquilada. Pero su caballo cayó muerto y fue hecho prisionero junto con uno de sus hijos.
Consecuencias
La posición final te deja estupefacto la primera vez que la ves. El rey negro se encuentra enjaulado y es ajusticiado por la única pieza que puede hacerlo: el caballo." Javier Cordero Fernández
Problema de Tigran Gorgiev - Año 1965
Estudio de Julio César Infantozzi - Año 1985
Problema de Edith Helen Baird - Año 1907
Problema de Dawid Przepiorka - Año 1907
Estudio de Filipp Bondarenko - Año 1960
Estudio de Boris N. Sidorov - Año 1985
Estudio de Joaquim Travesset - Año 2014
Problema de Ebert y Höning - con ayuda
Problema de Heinz Zander - con ayuda"
De todos los compositores mencionados, debemos presentar al uruguayo Julio César Infantozzi, quien merece un reconocimiento especial.
Julio César. Infantozzi |
Se inició en el mundo de la composición en 1943, al comienzo con problemas de mate en 3 y de mate ayudado, y más adelante centrándose sobre todo en los finales artísticos. Unos setenta compuso, según Zoilo R. Caputto, que escribió lo siguiente sobre él en su obra El arte del estudio de ajedrez: “Sus temas preferidos fueron el ahogado y el ‘zugzwang’ hasta en sus animados finales de peones solos, y con paciente dedicación, que le robó tiempo para su propia obra, hizo ‘cirugía’ mayor en infinidad de composiciones antiguas y modernas, corrigiéndolas o bien mejorándolas, con su manía por la perfección”.
Más composiciones memorables de Julio César Infantozzi:
Absolutamente imprescindible mencionar aquí el legendario problema de la jaula de Tamerlán. Se trata de un problema de mate condicionado en el que, en el número de jugadas prescritas, el blanco debe dar mate con un solitario caballo a un rey negro encerrado ¡por sus ocho peones! La denominación alude a un feroz emperador mongol famoso por su crueldad. La “jaula de Tamerlán” es la representación ajedrecística de la prisión sobre ruedas en que Tamerlán hizo exhibir a su vencido, el sultán turco Bayaceto I; el jaque mate con el caballo recrea el hecho histórico de que el prisionero fue torturado y ejecutado por un guardia de caballería.
Parece que fue el francés Lionel Kieseritzky quien publicó la primera composición con esta idea (1842), pero más allá del efecto sorpresa su versión carece de valor por sus muchas incorrecciones. Cupo a Infantozzi el honor de hallar (¡tras doce años de esfuerzos!) la primera versión sin ningún peón previamente doblado, carente de duales y con una posición de partida perfectamente legal. El problema, un mate en 31 movimientos nada menos, fue publicado por el San Francisco Chronicle en 1985.
https://www.musicayajedrezdediez.com/2013/04/solsbury-hill/
Infantozzi, jugando y ganando contra Alexander Alekhine en una sesión simultánea en Montevideo, (02-03-1938) |
https://www.arves.org/arves/index.php/en/halloffame/570-infantozzi-julio-1916-1991
Sergio Coellar Mideros
Pamplona, 24 de enero de 2025
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